La compañía Garrett, conocida en la industria automovilística por desarrollar sistemas de sobrealimentación de motores de combustión interna, ha creado un novedoso compresor, esta vez para motores eléctricos de hidrógeno.
Los motores de hidrógeno tienen un funcionamiento sencillo: se produce una reacción química entre el hidrógeno y el oxígeno en el interior de una celda que genera la energía eléctrica para mover al vehículo. Varias de estas celdas forman una pila de combustible. El turbo desarrollado por Garrett impulsa el hidrógeno con mayor presión dentro de la cámara, lo que incrementa significativamente la potencia y eficiencia del motor. Según declara la compañía, este turbo puede funcionar continuamente a una potencia de hasta 20 kW o 26 HP, suministrando aire a la pila de combustible a una presión de 58 PSI o 4 bar.
Otro importante beneficio de este turbo es que, al aumentar la potencia del motor, los fabricantes pueden reducir el tamaño de sus pilas de combustible en un 40%, dando origen a unidades de potencia más livianas y compactas. La japonesa Honda puede dar fe de ello, que al emplear el turbo de Garrett en su Clarity FCEV pudo aumentar el espacio de su interior y ahora puede transportar a 5 adultos cómodamente.
Con esta reducción del tamaño de las celdas, en un futuro cercano veremos más automóviles compactos y medianos usando motores de hidrógeno, que ahora son usados principalmente por grandes vehículos de carga o transporte, al contar con celdas que ocupan demasiado espacio, a cambio de brindar mayor autonomía y recarga más rápida.
Los motores de hidrógeno generan como único residuo agua limpia, por lo que al ser muy amigables con el medio ambiente se convierten en una excelente opción para reemplazar la motorización de combustión interna.
Garrett también viene desarrollando un turbo eléctrico para motores de combustión y otro para vehículos híbridos, que aprovechará los gases del tubo de escape para alimentar la unidad de potencia eléctrica.