Es común que mientras manejamos nuestros carros tengamos algunos hábitos que, sin darnos cuenta, dañan al vehículo y harán que se acorte la vida útil de las piezas y del carro en sí. ¡Deje de tenerlos! Su carro y su bolsillo se lo agradecerán.
- Manejar con el tanque en reserva: Esperar a que se encienda el indicador de falta de combustible para recién ir al grifo, afectará a la bomba, que absorberá aire si el tanque está vacío, además de que las impurezas acumuladas en el fondo del tanque podrían llegar al motor, dañándolo. Lo recomendable es recargar cuando quede un cuarto (1/4) de tanque.
- Girar el timón hasta el tope: Generalmente al estacionar, giramos el timón hasta el límite e insistimos ejerciendo más presión. Así dañamos la bomba de la dirección asistida y la cremallera de la dirección. De igual forma, girar el timón con el carro estacionado puede deformar las llantas y dañar la suspensión y los rodamientos.
- Pisar innecesariamente el embrague: En los carros con transmisión mecánica, el mantener un cambio engranado con el embrague presionado por mucho tiempo mientras el carro esté detenido, por ejemplo en el semáforo, acorta la vida útil del embrague. De igual forma, manejar el vehículo con el pie sobre el pedal del embrague terminará desgastándolo.
- Manejar a altas velocidades: Casi todas las piezas mecánicas del carro sufren ante un manejo agresivo, principalmente los frenos, las llantas, la suspensión y la transmisión, además de incrementar el consumo de combustible y desajustarse la carrocería. Por otro lado, el riesgo a sufrir un accidente es más alto. Manejar extremadamente despacio tampoco es bueno para el motor, ya que aumenta la acumulación de impurezas.
- Desplazarse en neutro: Muchos pensamos que en las bajadas pronunciadas, dejando de acelerar y poniendo la transmisión en neutro, el carro consumirá menos combustible. Lo cierto es que el consumo será menor si el cambio permanece engranado y levantamos el pie del acelerador. Además de ser más seguro.
- Golpear los sardineles: Al maniobrar para estacionarse, debe tener cuidado de no golpear las llantas contra los bordes de la vereda, porque se daña el neumático y hará que aparezcan bultos y deformaciones
- Sobrecargar el vehículo: Al cargar el carro con más peso que el indicado en el manual de usuario, se exigirán las llantas, la suspensión, los frenos y, obviamente el motor, acelerando su desgaste.
- Manejar con las llantas bajas: Además de incrementar el consumo de combustible, se acorta la vida útil de los neumáticos y aumenta la posibilidad de que se revienten. Igualmente, las llantas muy infladas harán que se pierda superficie de contacto con la pista y podría perderse el control sobre el carro ante una maniobra de emergencia.
- No realizar el mantenimiento en el momento indicado: Evite excederse del kilometraje recomendado para los servicios de mantenimiento. Hacerlo hará que las piezas se desgasten rápidamente. Aproveche de pedir al mecánico que haga una revisión general para detectar posibles fallas.
- Ignorar los avisos de alerta: Si los indicadores adviertan de la existencia de alguna falla, lleve el carro al taller. Si la ignora, podría agravarse el desperfecto y será más costosa la reparación.
- Circular con el carro frío: Al encender el carro y no esperar unos segundos antes de avanzar, las piezas mecánicas pueden desgastarse, por no llegar el aceite a lubricarlas.
- Mantener el carro sucio: No lavar el vehículo y dejar la suciedad impregnada, dañará la pintura y acelerará la corrosión de la carrocería.