¿Se acerca el fin del motor diésel?

La mayor fábrica de motores diésel del mundo, que pertenece al Grupo PSA, deja de hacer motores de combustión, para producir desde ahora motores eléctricos.

PSA (Peugeot, Citroën, DS Automobiles, Opel y Vauxhall) había tomado esta decisión a fines de 2019, por lo que su reciente fusión con FCA (Fiat, Chrysler, Maserati, Dodge, Alfa Romeo, Jeep, Lancia, Abarth, Ram), para formar el nuevo Grupo Stellantis, no tuvo ninguna influencia. La planta en mención queda en Trémery, Francia, y llegó a producir en 2017 un total de 1,5 millones de motores diésel en ese año, cifra récord que le valió para ser considerada la mayor fabricante de esta motorización a nivel mundial. El representante del grupo automotor anunció que esperan para el año 2025 estar en capacidad de producir 900000 motores al año, entre 100% eléctricos e híbridos.

Por otro lado, cada vez aparecen nuevas y más estrictas normas para la protección del medio ambiente y la reducción de emisiones contaminantes. Por ejemplo, la nueva normativa Euro 6D de la Unión Europea, que entró en vigencia el 1 de enero de 2021, exige a los motores bajar a la mínima expresión sus emisiones de CO2, e incumplir estas normas implica a los fabricantes pagar multas de millones de euros. Por si fuera poco esto, ya se está comentando mucho la Normativa de Emisión de Vehículos Euro 7 que entrará en vigencia en 2025 y que prohibirá la venta de vehículos nuevos de combustión a partir de ese año, al considerar que será imposible el desarrollo de motores de gasolina y diésel que no contaminen el medio ambiente. Hoy, los fabricantes de automóviles padecen por cumplir con los límites permitidos de emisiones contaminantes de CO2 y la presión futura los está obligando a acelerar la electrificación de su producción. En el Reino Unido habían establecido como último año para vender automóviles con motor de combustión en 2035, aunque cada vez suena más fuerte la idea de adelantar la norma para 2030.

Por su parte, en los Estados Unidos, una de las primeras acciones del recientemente elegido Joe Biden ha sido firmar una orden ejecutiva para que su país regrese a ser miembro del Acuerdo de París, donde los gobiernos luchan para evitar el aumento de la temperatura global y es conocida la intención de Biden por favorecer la protección del medio ambiente y reducir al máximo las emisiones contaminantes, por lo que los fabricantes norteamericanos ya deben haber prendido sus alarmas y deben estar apurando el desarrollo de sus motores eléctricos.

Los gobiernos de muchos países ya están impulsando la masificación de los vehículos eléctricos e híbridos, ofreciendo subsidios, reduciendo impuestos y promulgando distintas leyes que favorecen la migración de la movilidad de combustión a la eléctrica, dejando a los fabricantes sin mucha opción para seguir invirtiendo en el desarrollo de nuevos motores diésel o de gasolina y llevándolos de la mano a invertir en la movilidad amigable con el medio ambiente.

Todo indica que estamos presenciando la agonía del motor inventado por Rudolf Diesel.

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