Escuchas un pequeño ruido en tu auto y al llevarlo al mecánico te das con la sorpresa que era más grave de lo que esperabas. ¿Te ha pasado?
Sucede que a veces ir al taller puede llegar a ser desconcertante y costoso, en especial cuando tenemos un conocimiento limitado sobre mecánica automotriz. En estas circunstancias, las probabilidades de ser estafados son altas. ¿Cómo evitarlo? A continuación te vamos a brindar algunas recomendaciones.
¿Por qué necesito esta reparación y cuánto más va a costar?
Con esta simple pregunta podemos poner en aprietos al mecánico. Y es que, en algunas ocasiones, las fallas que presentan nuestros autos son simples de reparar, no son muy costosas y no hay necesidad de dejar el auto en el taller. En estas situaciones, la mayoría de técnicos se sienten “tentados” a ofrecernos un trabajo que el vehículo no requiere con urgencia. Para no caer debemos evitar ser tan confiados.
No obstante, no todos logran detectar esta argucia a tiempo, en especial aquellas personas que recién se acaban de comprar un auto. Es ahí donde debemos recurrir a la experiencia de conductores más curtidos en estas circunstancias y consultar con ellos. Si no nos convence la explicación del mecánico y el costos extra que va a generar esa “reparación urgente” lo mejor es realizar solo el arreglo inicial.
¡No dejes que te hablen en chino!
¿A qué nos referimos? Es probable que si le pedimos al mecánico detalles sobre la falla del auto, en qué afecta a su buen funcionamiento y cuál es el proceso a seguir para repararlo, casi siempre va a usar términos técnicos que solo él entiende. ¡No lo permitas! Recuerda tú eres el cliente y siempre tendrás derecho a que te expliquen procesos complicados de manera sencilla y transparente.
Ahora, si el mecánico durante su explicación te menciona que necesita reemplazar alguna pieza de tu auto asegúrate que te muestre exactamente la parte dañada, esto te ayudará a entender mejor el trabajo que piensa hacerle a tu vehículo y por qué se daño ese elemento. Antes de aceptar el cambio, pregunta si se puede reparar muchas veces es más económico. Si no es así, pide ver el reemplazo para cerciorarte que dicho elemento sea nuevo.
¡Esto lo puedo hacer yo mismo!
Siempre recomendamos que es mejor dejarle las reparaciones mecánicas a los especialistas. Sin embargo, hay mantenimientos -muy pocos realmente- que podemos darnos el lujo de realizarlo nosotros mismos. Es recomendable que antes investigues un poco sobre el modelo de tu auto, sus piezas y las fallas más comunes que puedes resolver en tu casa.
Si te das cuentas que tu auto tiene una falla considerable no intentes repararlo, ve a un taller mecánico o al servicio técnico oficial de la marca. Entre los mantenimientos que podemos hacer nosotros mismos encontramos: un cambio de aceite, un simple afinamiento, una limpieza de frenos o un cambio de bujías.